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Éstas eran las palabras que mi mente se había negado obstinadamente a pronunciar, pasando de ser un susurro a convertirse en plena conciencia. A los 39 años, empecé bruscamente a tener sofocos. Mirando hacia atrás, parecía un episodio de Las chicas de oro. Para los que recordemos el episodio, se refiere a Blanche, que pensaba que estaba embarazada, pero en lugar de eso acabó teniendo la menopausia. En otras palabras, pasé de pensar en bebés a pensar en descuentos para mayores que aún no podía tener, en lo que me pareció un instante caluroso y sudoroso. ¿Cómo ha ocurrido esto, te preguntarás? Bueno, tuve un fallo ovárico prematuro, o menopausia precoz, el comodín que a ninguna de nosotras nos gusta que nos den. Como acababa de salir de una operación laparoscópica de endometriosis para seguir un tratamiento de infertilidad, ya estaba en estado de shock al descubrir la gravedad y la finalidad de mi enfermedad. No estaba preparada para que, poco después, mis ovarios decidieran jubilarse anticipadamente, sin invitarme a la fiesta.
Mi hermano dice a menudo: «Los demás somos sólo nosotros», una frase que me parece verdadera en la vida. La menopausia precoz, aunque menos frecuente, puede ocurrirle a cualquier mujer. En mi caso, contribuyeron varios factores. La endometriosis probablemente desempeñó un papel, al igual que las complicaciones de la cirugía endometrial. En algunos casos, como el mío, los médicos también pueden decir que «no hay una razón clara» o utilizar términos como «idiopático», que significa que se desconoce la causa. No me parece aceptable.
El desgaste emocional y físico de la menopausia precoz afectó a algo más que a mi fertilidad. Como en muchos de nosotros, puede afectar a nuestra salud general, a nuestro bienestar mental y a nuestra calidad de vida. Un mayor conocimiento y comprensión pueden conducir a mejores tratamientos y mecanismos de afrontamiento. Los resultados de salud en tal estado pueden ser peores que en las mujeres que entran de forma natural en esta etapa de la vida. En última instancia, debemos evolucionar más allá de lo «idiopático» para lograr la prevención y la curación de tantos de nosotros, y mientras esperamos esos avances, debemos apoyarnos mutuamente. Hoy quiero abrir debates para obtener apoyo, ya sea emocional, educativo o de otro tipo. Espero que también sea un poco catártico, y agradecería que otros compartieran sus experiencias.»
De mujer a mujer


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