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La menopausia no es «sólo una fase» que hay que superar: es un viaje misterioso sin reembolso. Noticia de última hora: para muchas, no es una breve parada en boxes; puede parecerse más a un vuelo de larga distancia con turbulencias inesperadas. Esto va más al grano:

Conoce al Estrógeno: La ex-CEO de tu cuerpo (actualmente de baja prolongada)

Antes de la gran dimisión hormonal, el estrógeno mandaba. No se trataba sólo de la menstruación; el estrógeno tenía sus manos en todo, con receptores repartidos por tu cerebro, huesos, corazón, piel y más. Ayudaba a regular tu estado de ánimo, mantenía estable tu termostato interno, mantenía la densidad ósea, ofrecía algunas ventajas cardiovasculares, gestionaba el sistema reproductivo e incluso contribuía a la salud de la piel. Cuando los ovarios reducen drásticamente su producción durante la menopausia, toda la corporación siente la sacudida. Es un cambio sistémico, no sólo reproductivo.

¿Uno de los mayores éxitos de mi estrógeno personal? Es la Sauna Personal que persiste encendiéndose y apagándose inesperadamente mientras duermes. El termostato del cerebro (hipotálamo) se vuelve loco porque el estrógeno no está ahí para mantenerlo calibrado. La zona termoneutra se encoge, de modo que pequeños cambios de temperatura desencadenan respuestas masivas de «refréscate YA». Estos destellos pueden ser como los de ese concursante de Gran Hermano VIP (edición albanesa, según mi madre): crees que por fin se ha ido, expulsado y desahuciado, pero luego sigue apareciendo, sin ser invitado y dispuesto a causar problemas en los momentos más inoportunos. Y a pesar de lo que algunos puedan insinuar, no se trata necesariamente de una actuación a corto plazo; los sofocos pueden persistir durante años, a veces incluso décadas. A menudo, mientras estoy completamente despierta, me hace plantearme seriamente diseñar un traje de noche rompedor -¿tal vez con costuras de velcro? – para los momentos en que paso salvajemente del calor de la «superficie del sol» al frío del «aire acondicionado del ártico en el trabajo» en un lapso de cinco minutos.

La menopausia es un cambio biológico profundo, y los síntomas son reales. El rechazo también es real, y está bien enfadarse por ello. Pero a veces, encontrar el humor en lo absurdo puede ser y ha sido un salvavidas. Así que, confía en tu cuerpo. Defiéndete. Encuentra tu sistema de apoyo. Y recuerda, reírse del caos no es minimizarlo; es sobrevivir a él con estilo, por mucho tiempo que haga falta.

De mujer a mujer